La abdominoplastia es un procedimiento quirúrgico mayor cuya finalidad es retirar el exceso de piel y grasa de la parte media y baja del abdomen, y reforzar la musculatura de la pared abdominal.

A cambio, la abdominoplastia deja una cicatriz permanente que dependiendo de la extensión del problema original y de la cirugía requerida para corregirlo puede ser más o menos larga.

Una abdominoplastia completa suele durar entre 3 y 4 horas, dependiendo de la cantidad de corrección necesaria. Una mini-abdominoplastia suele durar entre 2 y 3 horas.

La abdominoplastia se realiza a través de una incisión larga que va de una cadera a la otra, justo encima del pubis. Se realiza una segunda incisión alrededor del ombligo para poder separarlo de los tejidos de alrededor.

En la mini-abdominoplastia se emplea una incisión mucho más pequeña practicada también encima del pubis, no siendo necesaria la incisión alrededor del ombligo que en algunos casos puede descender al estirar la piel. A continuación, se separa la piel de la pared abdominal hacia arriba hasta alcanzar las costillas, exponiendo los músculos abdominales. Estos músculos son tensados y unidos en la línea media, proporcionando así una pared abdominal firme y una cintura más estrecha. La piel separada es estirada en dirección al pubis y la piel sobrante es retirada; el ombligo se coloca en su nueva posición. Finalmente se realizan las suturas y se coloca un vendaje y un tubo de drenaje temporal para eliminar el exceso de fluidos que pueda acumularse en la zona intervenida.

Con el propósito de dar una silueta estilizada al paciente, se le realiza lipoaspiración de grasa de los flancos y la espalda, y si lo desea, se inyecta grasa en los glúteos para mejorar su volumen y forma.

El procedimiento de la abdominoplastia finalmente termina con una serie de masajes posquirúrgicos que moldean la figura.